Reseña: La cartera

La novela La cartera fue galardonada con el Premio Bancarella, otorgado por los libreros independientes italianos, y también ha sido el libro más leído en Italia en 2023 con más de 450.000 ejemplares vendidos. A mí, me ha defraudado.

La historia abarca desde 1934 hasta 1952, y comienza cuando Carlo, Anna y su pequeño hijo Roberto descienden del autobús que los ha traído a Lizzanello, el pueblo del sur de Italia del que proviene Carlo. Antes, la familia vivía en el norte, pero recibir la herencia del tío Luigi provoca que Carlo, su sobrino, se traslade a su lugar de origen y emprenda un negocio de viticultor. Anna deja atrás su vida en Pigna y a sus alumnos, lo que supone un drástico cambio en su vida, e intentará integrarse en su nuevo entorno.

A Anna Allavena le cuesta adaptarse a la vida rural, es una mujer culta, de izquierdas, feminista y racional. Su carácter independiente choca con las tradicionales mujeres locales, cuyo único proyecto vital es ser amas de casa, esposas y madres. Anna necesita algo más para sentirse realizada, tiene inquietudes personales, proyectos, y el fallecimiento del cartero le brinda la oportunidad de sentirse útil. Ocupar un puesto en la oficina de correos repartiendo la correspondencia está considerado un trabajo de hombres, pero ella es la candidata mejor cualificada y al final conseguirá esta plaza para la que las gentes de Lizzanello no la consideran adecuada. No se detendrá aquí, Anna creará la Casa de las Mujeres para formar y acoger a mujeres en situación de vulnerabilidad o que desean adquirir conocimientos y emanciparse.

La cartera es una historia familiar en la que los personajes viven amores prohibidos, guardan secretos inconfesables, afrontan duras situaciones… Carlo, Roberto, Antonio, Agata, Lorenza, Carmela, Daniele, Giovanna o Tomasso tienen un papel destacado. Unos se resignan a su suerte. Otros intentan modificar el rumbo de su destino. Todos son clichés que restan fuerza a esta composición costumbrista. Llama la atención que algo tan relevante como la Segunda Guerra Mundial no tenga una mención destacada en la narración, que el derecho al voto de las mujeres caiga «llovido del cielo», que el alzamiento de los campesinos contra los terratenientes pase desapercibido.

Francesca Giannone destaca en La cartera las diferencias existentes en entre el norte, con más riqueza, y el sur de Italia, tradicional y machista. También describe la situación de las mujeres de aquel tiempo, con escaso acceso al mundo laboral, dependientes e influidas por la moral cristiana, necesitadas de una sororidad imprescindible para salir adelante. La autora ensalza el poder de los libros. Madame Bovary, L’Éducation sentimentale, Anna Karénina, Jane Eyre, Cumbres borrascosas, Orgullo y prejuicio o Tiempo de matar son algunas de las lecturas que entretienen y hacen reflexionar a Anna y a su cuñado Antonio, dos apasionados de la literatura. 

Francesca Giannone cuenta la historia de su bisabuela. De ella, su familia ha heredado fotos, tarjetas de visita, morteros y una valiosa receta de pesto genovés. Su madre, Claudia, recibió este legado, y Giannone ha cumplido el encargo que la anciana dejó antes de morir: «No quiero ser olvidada».


*Reseña: María Dubón