Palabras de Pilar Laura Mateo al club



Queridas lectoras del Club Palabra de mujer, siento mucho no poder estar con vosotras celebrando los 10 años de existencia de un Club de lectura, verdaderamente entrañable para mí, pero una situación familiar adversa me lo impide. Hoy no puedo acompañaros presencialmente en la celebración de este vuestro logro, pero quiero deciros que os tengo en el pensamiento y que es un gran placer felicitaros a través de estas pocas palabras por haber mantenido viva esta empresa durante tanto tiempo, un tiempo en el que estoy segura de que habéis crecido como Club y habéis ayudado a conocer y difundir la literatura creada por las mujeres. Un objetivo que, gracias a empeños como el vuestro, cosecha cada vez mayor reconocimiento.

Han pasado los años, sí, pero las más antiguas, probablemente recordaréis con cuánta ilusión un pequeño grupo de amantes de la literatura pusimos en marcha el Club Palabra de mujer. Algunas, obligadas por las circunstancias, tuvimos que renunciar a la actividad, aunque sin perder el vínculo que nos unía al Club, otras, como María Dubón han seguido coordinándolo e impulsándolo sin decaer un solo trimestre, lo cual tiene un enorme valor en los tiempos volátiles que vivimos.

Es cierto que la ilusión de las que nos lanzamos a ello a raíz del éxito de los cursos de literatura femenina que entonces se impartían en la Casa de la Mujer, era grande, pero además tengo que confesar que las impulsoras del proyecto teníamos un salvoconducto para que todo fuera adelante: la afición de las mujeres por la lectura. Ese importante detalle nos daba total confianza en que la idea funcionaría y como veis, no nos equivocamos, triunfamos, y así lo prueban estos 10 años de actividad ininterrumpida.

Mucho nos ha costado a las mujeres entrar con una voz propia en el mundo de la creación literaria (siglos, en realidad, como bien sabéis), pero poco a poco se han ido venciendo las dificultades más evidentes. Ha sido un trabajo meritorio, la mayor parte obra de las escritoras que no se rindieron a pesar de las trabas de todo tipo que salían a su paso (personales, sociales, culturales), permitidme citar, como ejemplo, el caso de María Lejárraga, que últimamente ha obtenido cierta repercusión a raíz del reciente documental nominado a Mejor Película Documental a los Premios Goya de este año, titulado A las mujeres de España. María Lejárraga, (1874-1974) y ha sido proyectado hace poco en el espacio Imprescindibles de TVE. Si aún no lo habéis visto, no dejéis de hacerlo, pues Lejárraga es una muestra perfecta de lo que sufrieron y lucharon las escritoras para defender sus obras y sus ideas, una muestra que no está tan lejana pues ella falleció en 1974.

Pienso, sin embargo, que no solo debemos a las escritoras este avance en la literatura femenina, también es mérito de lectoras como vosotras que han reivindicado su escritura y apoyado su talento con pasión y constancia. Y aunque no está muy clara la razón, es evidente que las lectoras buscamos historias que nos acompañen en nuestras cuitas y que nos identificamos con aquellas voces que nos hablan de las emociones, los miedos y angustias que a veces experimentamos como mujeres, lo mismo que de los deseos y alegrías que nos invaden. Quizá debido a eso, a que las mujeres vivimos nuestra interioridad de manera muy profunda, nos hemos convertido en ávidas lectoras de experiencias cercanas a nosotras y que nos nutren por dentro, pues la buena literatura siempre alimenta. En fin, sea por lo que sea, a las mujeres nos gustan los Clubs de lectura.

Por último, quiero agradeceros la invitación a este acto de celebración de los diez años y animaros a que continuéis con el Club tejiendo amistad y conocimiento literario.

Un abrazo y espero que tengamos ocasión de vernos pronto.

Pilar Laura Mateo