Reseña: Madame Bovary

Madame Bovary, publicada como novela en 1857, está considerada la obra cumbre del realismo literario del siglo XIX. Gustave Flaubert construyó un personaje tan auténtico que provocó un tremendo escándalo con su historia y fue procesado por describir escenas que ofendían a la moral pública y religiosa de la época, aunque al final se le declaró inocente.

Emma Bovary, la protagonista, devora novelas románticas y esto le lleva a idealizar el amor, que asocia con aventuras llenas de pasión y caballeros galantes. Muy ilusionada se casa con el médico Charles Bovary, pero enseguida descubrirá que el matrimonio no es lo que ella había imaginado, sino un aburrimiento mortal. Su marido es un hombre fiel, puritano, insulso, sin carácter ni ambiciones, que debido a su profesión pasa la mayor parte del día atendiendo a sus pacientes. Sola y hastiada, Emma cae enferma. La pareja se traslada a Yonville, un pueblo donde nace su hija Berthe, una niña feucha a quien su madre rechaza y que queda al cuidado de una nodriza, el único vínculo que la une a la criatura es el sentimiento de culpa por no ejercer el rol de madre amorosa.

Emma intenta convencer a su marido para que prospere y obtenga fama, y el farmacéutico del pueblo, el señor Homier, se aprovecha de su ambición para obtener beneficios políticos y económicos a costa del doctor. Aficionada al lujo, Emma Bovary se convierte en compradora compulsiva en el comercio del señor Lheureux, con quien contrae deudas impagables. Pretende poner pasión en su rutinaria vida y mantiene una aventura con Rodolphe Boulanger, un conquistador sin escrúpulos que la deja plantada el día en que iban a fugarse juntos para emprender una vida en común.

El revés amoroso sume en una depresión a Bovary y su marido intenta animarla proponiéndole que tome clases de piano, sin saber que la idea de Emma en iniciar un nuevo idilio con Léon, un joven que ha conocido tiempo atrás. Las enormes deudas adquiridas derivan en una orden de embargo y desalojo, Emma recurre a sus amantes para que la socorran, pero ninguno le ayuda, y sumida en la desesperación decide acabar con todo ingiriendo arsénico. Charles muere arruinado, desengañado y dolido al descubrir la correspondencia que Emma y Léon mantenían. La hija de la pareja es acogida por una tía pobre y tendrá que ganarse la vida trabajando en una fábrica.

Flaubert representa la realidad social de la burguesía imperante y el mundo interior de una mujer que rompe con los estereotipos asociados a su sexo. Emma Bovary no es una buena esposa, ni una madre abnegada. Dista de ser una mujer sumisa y dócil. Es un personaje complejo, con deseos propios, que cede a las pasiones influenciada por el romanticismo. Vive en una sociedad provinciana, llena de prejuicios que esclavizan y roban la libertad de ser uno mismo. Ella tiene expectativas, deseos, pero es una mujer y, por tanto, está limitada.

Charles Bovary vive conforme a las normas, en un mundo propio. Para él su mujer es otra propiedad, prefiere ignorar la realidad y obvia la traición, el engaño, la gélida distancia que los separa y los convierte en extraños. Hijo de una madre protectora, Charles es un hombre débil, vulgar, sin personalidad y mediocre, por eso Emma le desprecia.

Flaubert muestra las condiciones de una vida alienada, con un incipiente consumismo mostrando sus garras, y confronta la realidad con los sueños. Realiza un retrato magistral de una vida provinciana anodina, sin alicientes y sometida a la rutina, en la que los sucesos populares como el día de mercado o la feria agrícola son un acontecimiento para unas gentes insustanciales y triviales. Flaubert crea un personaje femenino inolvidable, Emma Bovary es una mujer inteligente y gran lectora, ha recibido una educación que, en su tiempo, pocas mujeres podían permitirse, y Madame Bovary representa, para muchos, un grito de libertad para las mujeres oprimidas de la época.

En mi opinión, Emma Bovary es una mujer soñadora, influenciable y romántica. Busca un hombre que colme sus expectativas, un caballero seductor y cortés que esté pendiente de sus caprichos. Lleva una existencia vacía y no hace nada por cambiarla. Tiene unas pretensiones irreales y por eso no logra ninguno de sus objetivos. Se aburre y se asfixia en un pueblo que no le ofrece incentivos. Le falta coraje y determinación para cumplir sus anhelos. Su muerte es el resultado al que le aboca el destino que ha elegido.

 

*Reseña: María Dubón