«El lector queda cautivado de inmediato y se convierte en un participante jubiloso, casi activo, en la ruina del personaje», La señora March.
La señora March es una mujer de mediana edad, está casada con un escritor de éxito, lleva un feo moño, un abrigo de pieles y unos guantes de cabritilla color verde menta. Una mañana, cuando, como de costumbre, acude a comprar pan de aceitunas negras y macarons en su pastelería favorita, la dependienta le comenta que ha empezado a leer el libro de su marido, que le encanta y que, conociéndola, opina que se ha inspirado en ella para crear al personaje protagonista. La señora March podría sentirse orgullosa de no ser porque… la protagonista que describe George March en su best seller es una prostituta con la que nadie quiere acostarse, una mujer fea y estúpida. Esta conversación es el detonante de una trama alucinante que la escritora Virginia Feito maneja con maestría.
La señora March es una mujer obsesiva que se tortura con
oscuros pensamientos y su monologo interior hace vivir al lector en la cabeza
de este personaje egoísta y envidioso. Gracias a un fantástico retrato psicológico conocemos el trasfondo que
se oculta bajo las cuidadas apariencias de una rica ama de casa, pendiente del
qué dirán, controladora, insegura, con ciertas dosis de sarcasmo e inmersa en
un matrimonio del que ya no queda nada y en el que se ha convertido en la
sombra de su marido. De su mente turbia, de su paranoia, procede el
temor, no se acepta y su identidad se está desintegrando, porque en realidad es
muy frágil. La señora March, de la que ignoramos su nombre hasta las últimas
páginas de la novela ha construido una identidad ficticia para presentarse ante
el mundo, tuvo una infancia carente de afecto y no mantiene relaciones sanas ni
consigo misma ni con los demás, ni siquiera se percibe apego por su hijo.
La señora March se lee con fruición, se disfruta tanto del terror como del humor, de la tensión constante y de los sorprendentes giros que adquiere la trama. Virginia Feito se estrena con esta novela perturbadora, desasosegante, en la que el delirio crece página a página conminando a leer sin parar hasta el sorprendente desenlace.
*Autora: María Dubón