Reseña: Flor de Arrabal

Flor nace con el siglo XX, en el barrio zaragozano del Arrabal, en una familia pobre en la que todos sus miembros parecen condenados a la desdicha que el destino regala a los de su clase. Hija de un padre alcohólico y maltratador y de una madre esclava del hogar, de su familia y de los amos ricos a los que sirve; la infancia de Flor queda marcada por el hambre y el miedo a los golpes de su progenitor. El puente de Piedra lleva a otro mundo y ella lo cruzará para acudir a limpiar a La Pulga, un teatrucho de variedades que ofrece a la parroquia números musicales y carne fresca, pues las coristas deben entretener y sacarle los cuartos a los caballeros viejos y con posibles que frecuentan el local.

La madre ha muerto, reventada de tanto trabajar, parir y recibir palizas. Flor tiene sueños, pero entre las faenas de casa, la interminable jornada laboral en La Pulga y esquivar la ira de un padre cada vez más violento, apenas tiene tiempo ni fuerzas para vivir su niñez. Así hasta que una de las cantantes no se presenta para actuar en el teatro y Flor tendrá que sustituirla, ha aprendido las canciones de su repertorio a fuerza de escucharlas cada noche y su inesperado debut no sale del todo mal. Rufino, el dueño del local, la ascenderá de fregona a cantante.

De esta manera comienza la carrera artística de la Bella Florita, la protagonista de la última novela de Carmen Santos, Flor de Arrabal, que nos narra las vicisitudes que acontecen a Florencia Adoración, Juliana, Silvestra Lacasa Gracia. Vivimos con ella los tiempos más duros, cuando decide huir de Zaragoza con los billetes que le ha regalado un joven y apuesto alemán que ha asistido como público a una de las funciones. Flor intentará hacerse un hueco en la cartelera de algún teatro madrileño, ha dejado atrás su barrio, a sus hermanos y a su padre, su trabajo, ha apostado por hacer realidad su sueño de salir de la miseria y ser artista, pero el camino del éxito está plagado de contratiempos y decepciones, es duro y la competencia resulta despiadada. Otras muchachas como ella buscan triunfar en la capital, ser la próxima Raquel Meller o alcanzar la fama de la Fornarina. Para subsistir, Flor tendrá que venderse a viejos carcamales que la soban y la llenan de babas, malvivirá en una buhardilla diminuta con otra corista, verá pasar los meses como una condena hasta que un empresario catalán la toma bajo su tutela y la convierte en Nora Garnier. Pule el diamante en bruto y transforma a Flor en una mujer refinada, que ha aprendido a leer y a escribir, que ha tomado clases de canto, se defiende en el idioma francés y se viste y se comporta como una distinguida dama.

Carmen Santos nos presenta a una mujer fuerte, decidida y valiente, dispuesta a pagar el precio que vale su sueño, una mujer que tiene miedo, pero no permite que la paralice, con un objetivo claro y resuelta a no parar hasta conseguirlo. El amor culminará su triunfo sobre la penuria, aunque también vivirá días negros, los efectos de las guerras que destruyeron Europa en la primera mitad del siglo pasado, la pérdida de personas muy queridas. Santos nos propone un viaje apasionante por las costumbres, la música y la historia de una época cambiante y compleja. Flor de Arrabal es una novela redonda, escrita con sensibilidad y un ritmo ágil, y cuyo final sorpresivo deja en el lector la impronta de la buena literatura.


*Reseña: María Dubón