Voces de Chernóbil: crónica del futuro, de la premio Nobel Svetlana Alexiévich, es una obra dura, difícil de leer. Trata sobre un gravísimo accidente ocurrido en Chernóbil (Ucrania) el 26 de abril de 1986, cuando estalló el reactor número cuatro de la central nuclear. Los informativos de todo el mundo cubrieron la noticia, hablaban de los muertos y heridos, de radioactividad, de las labores de limpieza que se realizaban para minimizar las terribles consecuencias de esa nube tóxica que se disipaba en la atmósfera y la envenenaba condenando el futuro de la zona por miles de años. La radiación se extendió a todo el hemisferio norte, aunque las autoridades internacionales minimizaron el peligro, tratando de crear una falsa tranquilidad en una población que ya conocía sus consecuencias por los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki.
Svetlana Alexiévich, periodista bielorrusa, ofrece la información sobre el suceso que nadie se ha atrevido a dar. Describe el infierno en un país pequeño, Bielorrusia, afectado gravemente por la tragedia de Chernóbil, pues la explosión del reactor fue a parar sobre el país contaminándolo. Campos, ríos, bosques, animales, personas…, la carga letal afectó a todos los organismos vivos de la zona. Aún hoy las secuelas de la radiactividad siguen presentes y afectan a la población, ya que se han incrementado los casos de cáncer, el número de bebés de nacen con malformaciones genéticas y el de enfermedades derivadas de la exposición a altas dosis.
Voces de Chernóbil
recoge los testimonios directos de todo tipo de personas: científicos,
campesinos, intelectuales, médicos, etc., que narran con sus propias palabras
cómo sus vidas, y las de sus familiares, se han visto alteradas. Son relatos
que describen experiencias tremendas de miedo, dolor, pérdidas, traslados y
muerte. Svetlana Alexiévich transcribe las voces dolientes de sus
entrevistados, no hace preguntas, no provoca respuestas, solo escucha y
registra. Tampoco opina ni emite juicios personales a cerca de los
acontecimientos, por eso su labor periodística resulta impecable y conmociona
al lector.
Voces de Chernóbil
es la historia que nadie tuvo el valor de contarnos. El accidente ha marcado un
antes y un después, era un aviso, una advertencia del futuro que nos espera. Este
enemigo no se ve, no viste uniforme ni utiliza armas. Se trata de un enemigo
invisible y devastador que se mantendrá en pie de guerra durante millones de
años.