Reseña del libro: El club de las mujeres mutantes


El péndulo oscilante de la monotonía se transforma de repente, resquebrajando los esquemas arbitrariamente asignados y fraguando la ruptura definitiva hacia el sinuoso caos que produce el cambio, dejando tras el pasillo pulido y andado una rutina que ahoga, viendo ya flotar en la superficie los evidentes signos de una evolución vital, la cual virará en torno a varias mujeres atravesando, con determinante valentía, la hipotética barrera de la cuarentena. Nieves, una naturópata a la que sus fracasadas e infieles relaciones de pareja, le incitan a observar su lado desconocido ante el espejo y entre los dramáticos trazos del pincel de su amiga Gloria; Mónica, una profesora de instituto acosada y amenazada por los alumnos y con los días empapados por sus devaneos amorosos; Noa, una mujer pluriempleada y madre de dos hijos, a la que el recorrido se le retuerce, a causa de un hecho crucial, enmarañándose entre las drogas y los excesos de un sexo sin freno alguno; por último, Malena compondría el miembro final de un club que se zurce alejado de las normas, marcando una identidad femenina renovada en ese proceso de reconversión, a veces, en según qué momentos, completamente exagerado o desorbitado. Es, en suma, esa innovadora forma de volver a comprenderse, de iniciar una búsqueda en la que las protagonistas terminan reinventándose. Así nos lo explica su autora:

«Hay un tiempo en la vida de una mutante que significa el punto de partida, donde creemos ver todo de manera distinta y en el que intuimos que existe un largo camino por delante para recorrer, para saborear nuestra auténtica esencia, para desarrollarnos de una manera más completa y descubrir qué lugar nos corresponde realmente, cuáles son nuestras raíces y nuestra verdadera personalidad».

“El club de las mujeres mutantes” relata la conversión que necesitan realizar la mayoría de las mujeres, si no todas, en un vértice, preciso y culminante, desatado por ese reloj interno que jalona sus vidas. Nos dilucida sus inquietudes y recelos en un palco donde el escenario de esporádicas relaciones sexuales cobran protagonismo, con un trasfondo que nos habla de punzantes tragedias que, desgraciadamente hoy, forman parte de esas lacras sociales que deberían quedar erradicadas en el abismal hoyo del dolor que provocan: la violencia de género y el suicidio, que surgen como negro telón de fondo.

*Reseña: Raquel Victoria