Vergüenza, la
novela de Patricia de Souza, es un intenso monólogo, el soliloquio de una mujer
perdida, marcada por tantas cicatrices que su imagen es un mapa desdibujado e
irreconocible. María, su desarraigo, su soledad, su miedo, su inseguridad, su
fortaleza, su duda eterna y atormentada. María en Perú, en México, en París o
en Venezuela, vagando por paisajes distintos e iguales, que confirman su
existencia errática, apresurada, en busca de un sentido, de una identidad.
María, marcada como hija de padres separados, como hermana de niños vulnerables
y desprotegidos, como esposa fracasada, como amante, como luchadora infatigable.
María difuminada en el tiempo, en los lugares que la acogen, entre las personas
con las que convive, buscadora empedernida de sí misma, de esa mujer que no
sabe si existe, que solo intuye.
Patricia de Souza nos habla a través de María, nos la pinta
con pinceles impregnados de recuerdos, analiza situaciones, disecciona
sentimientos. La narración de Vergüenza
discurre suave, con saltos en el tiempo que sirven para ilustrar situaciones y
dotarlas de coherencia y de detalles. La autora no escatima recursos para
mostrarnos un corazón torturado, la fragilidad humana y la resistencia heroica
de quien, reconociéndose débil, sabe encontrar fuerza y recursos para seguir
adelante. Patricia de Souza conmueve, emociona, ejecuta un perfecto trabajo al
construir la personalidad de María, y el final de su novela es el triunfo de la
verdad, el descubrimiento que da sentido a toda una vida.
*Reseña: María Dubón