La poesía prácticamente se
transforma en prosa en esta obra, que va conjugando la vida y la muerte o el
silencio y la soledad con la entramada red de nuestros días, una tela de araña
que nos une a través de un vertebrado cordón virtual. Sus poemas nos acercan a
nuestro propio pasado al que miramos ya con bastante timidez, olvidándonos del
entorno natural obsesionados por las pantallas que a cada momento nos invaden y
nos plasman nuestra vida cotidiana en este gran universo tecnológico, ese mismo
que habita infinito sobre nuestras cabezas y que muchas veces borramos de la
urbe que compone la memoria.
“Ciudades inteligentes” nos muestra
el mundo de la civilización tal y como hoy lo conocemos y nos observa nítidamente
por el cristal en el que se ha desarrollado la humanidad, anteponiéndonos
demasiadas cosas que no deberíamos seguir dejando por el camino.
*Reseña: Raquel Victoria