Un año de mi vida es una novela intensa. La autora
imprime en su relato la autenticidad que inspira la realidad de una vida que al
protagonista se le va de las manos.
Está ubicada en nuestro tiempo y en un entorno cercano, que
hace familiar su lectura. La vida de Daniel es un puro ir y venir a trabajar,
salir con amigos, beber, fumar, conocer a mujeres, y sufrir, sufrir, sufrir…
porque el protagonista, desde mi punto de vista no está manejando su vida, es
la vida la que le lleva hacia los acontecimientos sin que él haga nada por
cambiarlos. Se mueve por instintos y emociones primarias, que a la larga lo
llevan por unos derroteros de sufrimiento insospechados.
Es un año de su vida, que la autora narra con precisión, con
dureza a veces, con intensidad, de tal forma que el lector sucumbe cuando
percibe ese halo de melancolía que desprenden sus palabras, cuando brotan de
ese mundo interior que él no percibe pero que lo siente como algo que le llega
de fuera. ¡Y he ahí su error!, porque ello lleva implícito buscar fuera de uno mismo las soluciones a
través de evasiones fáciles que le proporcionan un placer inmediato, pero sin
sospechar que le crean otro problema y un nuevo sufrimiento.
La autora describe los ambientes geográficos cercanos a
nuestro entorno como es Zaragoza y también describe con acierto los ambientes en los que se desenvuelve el
protagonista y que no dejan de ser algo cotidiano de la realidad actual en
cualquier persona: un ambiente laboral agresivo, despiadado; amigos que escapan cuando los necesitas, una
sociedad donde la posición y el dinero te colocan en un sitio u otro diferente…,
sin embargo refleja con dulzura y sabia
ternura el entorno familiar que ayuda, que cuida con cariño y que no juzga las
acciones sino que acepta los acontecimientos respetando los posibles errores
que intuye en la persona amada.
Un libro ameno de lectura rápida donde los mensajes
subliminales que yo he percibido estoy segura que serán diferentes para cada lector. ¡O no…!
*Reseña de Juana Ferrer