Lucía borda cada día su presente sin saber
qué ocurrió con el deshilachado pasado que hace años el viento arrancó de cuajo
de su memoria y ahora le ata de nuevo al hombre que dicen que amó y que observa
postrado en una cama de hospital. La amnesia alimenta ahora su mente que
solamente le trae fugaces fragmentos de su vida anterior, nutriéndose de noche
de terribles pesadillas.
Aunque todas las miradas a su alrededor la
pongan continuamente en el punto de mira queriendo investigarla desgarrando
inútilmente sus ausentes recuerdos, ella no dará muestras de flaqueza porque ha
sabido reconstruirse a sí misma, a partir de la nada y con un doloroso vacío
que perdió en un pasado lleno de sábanas que le vendaban los ojos y que ahora
se quedarán para siempre cubriendo el vegetativo cuerpo de Adolfo, en esa
habitación sombría.
La autora nos llena el pensamiento de
incógnitas a la vez que vamos conociendo a Lucía balanceándonos con nubes de
oxígeno. Entre poéticas palabras y con inquietante intriga y suspense, emerge
la personalidad de una mujer que ha olvidado su desdichada vida anterior, para
comprender los vínculos que le unen a su propia existencia.
*Reseña: Raquel Victoria