Desde
las primeras luces del alba en el palacio de Luzmela y hasta la oscuridad más
cerrada en la casona de Rucanto, asistimos con pavor a la desdichada vida de
Carmencita, la niña de Luzmela.
Entre
las susurrantes voces del valle del Salia, Carmencita no pondrá límite alguno
para demostrar a la familia sombría de Rucanto, su incondicional bondad y
piedad al mismo tiempo. Desengañada y rota por todos ellos a través de los años
y los sucesos vividos, Carmen sumirá todo su ser en una profunda melancolía que
desvanecerá todos sus sueños.
La
niña de Luzmela se convertirá en una insignificante muñeca de trapo que pasa de
mano en mano y nadie es capaz de preguntarle cuáles son sus propios deseos y
sólo un atisbo de alegría volverá a brillar en sus ojos cuando la torre de
Luzmela los vuelva a iluminar.
La
autora nos hace reflexionar sobre las creencias que inculcaban a muchas mujeres
haciéndoles ver que su tabla de salvación en la vida solamente residía en el
matrimonio, por desgracia no les dejaban ninguna otra salida alternativa.
*Reseña: Raquel Victoria