Reseña del libro: Mujeres en la edad invisible

El libro contiene doce relatos con diferentes historias centradas en la realidad de la mujer en un determinado momento de su vida y que se avecina de forma, a veces brusca e inesperada. Nadie parece darse cuenta que los esquemas de vida en los que se sustentaban, la especie de muletas en las que se apoyaban y que les hacían felices, desaparecen o se transforman tanto que su vida pierde el sentido de ser útil, de ser importante en la sociedad, en la familia, en la pareja, en el trabajo, su cuerpo se transforma y pierde la frescura que rodea a la juventud… y comienza un reto ineludible: enfrentarse de forma audaz o aceptar con sumisión la nueva etapa.

Cada relato tiene su propia entidad y aborda las diferentes situaciones que se presentan y cómo cada una de las protagonistas intentan resolverlas. Pero hay un nexo común a todas ellas que es esos sentimientos de tristeza, de rebeldía, de dudas, cuando los acontecimientos concretos les hace descubrir que nadie de los que les rodean les da importancia alguna. La sociedad, la cultura transmitida ha sido implacable con ellas, con el papel que deben desempeñar. Es lo que se esperaba, es la respuesta lógica…

La autora da en el “clavo” porque aborda los puntos clave de la realidad que rodea a estas mujeres. Los temas los dibuja con crudeza, de frente, a veces en tono irónico, otras con dolor, otras con sumisión, y en alguna ocasión con valentía, porque a pesar de todo no pierden la esperanza de seguir en la búsqueda de nuevos retos.

Son relatos brillantes, tan reales que casi da miedo pensar en ellos.
 

Como lectora recibo, a través de los mismos, un mensaje de atención a esa “inocencia” que nos caracteriza, de aceptación sin crítica alguna, en que a veces apoyamos nuestra día a día.

Empecemos a ser nosotras mismas, más auténticas, potenciando nuestras capacidades individuales y para ello tendremos que diseñar nuestro propio camino  favoreciendo ese crecimiento humano tan necesario para poder discernir con claridad  que nuestra relación con los demás debe ser de igualdad en unos casos, de autoridad en otros(con los hijos) pero nunca de sumisión a esa cultura de dominio sobre la mujer que hoy sigue imponiéndose, a veces muy sutil, a veces de forma abierta y descarada.

Ser mayor se convierte en un inconveniente y debería ser un valor en esta sociedad superficial e individualista. Ya habrá tiempo en que la persona mayor se convierta en vieja”… “pero mientras tanto no acortemos la vida, las ilusiones, las acciones de una parte muy importante y experimentada de la sociedad”. Pág. 35

Era triste reconocerlo pero al parecer la seducción ejercida por una mujer madura e inteligente no causa los efectos buscados, y sin embargo, en sentido contrario funciona perfectamente…” Pág. 23

* Reseña: Juana Ferrer